sábado, 12 de septiembre de 2015

Una kinesiologa A1 en mi barrio

Tuve poco tiempo me mudé al barrio cuando nos trasladamos a vivir a mi casa un chica kinesiologa que le gusta a todo el vecindario. Yo tenía quince años. Mis padres trabajaban día y noche, vuelve a casa de la escuela, tenía que cuidar de mi hermana seis años. Miré hacia abajo las cosas en movimiento vecino camión finales de abril. La primera vez que la vi estaba de vuelta y tuvo la oportunidad de ver el gran cuerpo que tenía. Cuando regresó vi la más hermosa sierra kinesiologa en mi vida. Tenía una hermosa negro, elegante, como anuncio de champú el pelo en la televisión.




Lleva un gran televisor, muebles grandes y un montón de ropa. Cuando me vio parado allí me pidió para ayudar a perder algunas cosas, él le guiñó un ojo y me dijo agradable. Ayudé a los muebles de sala y comedor. Me dijo que se llamaba Clarissa. Fue agradable. Al instante me enamoré como una tonta. El día después de su traslado vio varios coches llegaron en un momento diferente, estaba estacionado fuera de la casa y se fue después de una hora o dos. Cada vez que me encontré en la calle, vecino kinesiología me saludó con una sonrisa hermosa que me dejó babeando.

Después de la tarea, a veces me escapo. En una de las noches que dejé mi hermana viendo televisión, salí y eché un techo pelota de plástico diseñado para tener una excusa para subir. Fui a ver si el vecino estaba afuera. Era una tarde soleada, que estaba en el jardín, acostado en una silla de playa con un bikini rojo como la única ropa. Tan de era perfecto. Me olvidé de recoger la pelota y todo el mundo a mi alrededor. No sé si se dio cuenta de lo que se vio, pero su teléfono celular sonó y corrió al interior de contestar. Sus pechos y volvieron sus ojos cuando tomó la carrera por teléfono. Corrí a la cerradura del baño.

Los coches estaban aparcados fuera de la casa por la gente sólo por lo general los ejecutivos. A menudo vienen en la tarde, aunque no era raro para llegar en la mañana y la tarde. Subí a la azotea cada noche para ver si veía algo. A veces se hace circular patio y siempre me saludó en un buen estado de ánimo. Normalmente, caminó alrededor de la casa en pantalones cortos y sandalias. Siempre ha sido un espectáculo digno de ver y siempre me quedó encerrado en el cuarto de baño.

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